* de Luis de Góngora
** de Niels Bohr
foto: Samuel Beckett contempla perro y gato, tomado de Entre Gulistán y Bostan

lunes, 20 de septiembre de 2010

fragm. de Confesión-Lev TOLSTOI//BERGMAN

[...] Pero en ese campo del conocimiento, a mi pregunta "¿Cuál es el sentido de la vida?" recibía por única respuesta:"Eres lo que tú llamas vida, una cohesión de partículas fortuita y temporal. La interacción mutua, las alteraciones de las partículas producen en ti lo que tú llamas vida. Esa cohesión se mantendrá cierto tiempo; después,la interacción de las partículas cesará, y lo que llamas vida también cesará, así como todas las cuestiones que te planteas. Eres una bolita de algo que se ha constituido fortuitamente. Esa bolita se pudre.Y llama "vida" a esa putrefacción. La bolita se disgregará, y la putrefacción cesará, lo mismo que todas las cuestiones". Así responde el lado claro del conocimiento, y no puede hacerlo de otra manera si se atiene rigurosamente a sus propios fundamentos.
Es evidente que esa no era la respuesta a mi cuestión. Necesito conocer el sentido de mi vida, y el hecho de que ésta sea una partícula del infinito, en vez de darle sentido, destruye todos los sentidos posibles.
Esos confusos acuerdos del sector de la ciencia experimental y exacta con la especulación, en función de los cuales se dice que el sentido de la vida consiste en el desarrollo y en la cooperación a tal desarrollo, no pueden considerarse respuestas a causa de su imprecisión y falta de claridad.
El otro dominio de la ciencia, el especulativo, cuando se atiene rigurosamente a sus fundamentos y responde directamente a mi cuestión, no ofrece otra respuesta que la que se ha dado en todas partes a través de los siglos: el mundo es algo infinito e incomprensible. La vida humana es una parte incomprensible de ese "todo" incomprensible. De nuevo excluyo los acuerdos entre las ciencias especulativas y las ciencias experimentales que constituyen el lastre de las semiciencias, las así llamadas ciencias jurídicas, políticas e históricas. También en estas ciencias los conceptos de desarrollo y de perfeccionamiento son erróneamente introducidos,con la única diferencia de que dichas ciencias no se ocupan del desarrollo de todo, sino de la vida de los hombres. El error es idéntico:el desarrollo y la perfección en el infinito no pueden tener propósito ni dirección y por tanto no pueden dar respuesta a mi cuestión.
Allí donde la ciencia especulativa es precisa, en la verdadera filosofía, y no en la que Schopenhauer llama la "filosofía de los profesores", cuyo único objetivo es clasificar todos los fenómenos existentes con arreglo a nuevas categorías filosóficas y darles nuevos nombres, allí dondeel filósofo nopierdde de vista la cuestión esencial, la respuesta es siempre la misma,la ya dada por Sócrates, Schopenhauer, Salomón, Buda.
"No nos acercamos a la verdad sino en la medida que nos alejamos de la vida",dice Sócrates preparándose para morir. "¿Por qué nosotros, que amamos la verdad, nos precipitamos hacia la vida? Para liberarnos del cuerpo y de todo el mal resultante de la vida del cuerpo. Si es así, ¿cómo,pues, no alegrarnos cuando la muerte viene a nuestro encuentro?"
"El sabio busca la muerte durante toda su vida, es por ello que no teme a la muerte".
He aqui lo que dice Schopenhauer: "Si aceptamos la esencia interna del mundo como voluntad, y aceptamos la objetividad de esa voluntad en todos los fenómenos, desde las aspiraciones inconscientes de las fuerzas oscuras de la naturaleza hasta las actividades plenamente conscientes del hombre, no podemos eludir la conclusión de que, con la libre negación y la autodestrucción de la voluntad, también desparecerán todos los fenómenos; la constante aspiración, la inclinación sin fin y sin descanso hacia todos los niveles de objetividad que conforman el universo desaparecerá, la variedad de formas sucesivas desaparecerá, cuando la forma desaparezca, desaparecerán también esos fenómenos con sus formas generales, espacio y tiempo, y finalmente, su forma última esencial: sujeto y objeto. No hay idea sin voluntad, y tampoco universo. Ante nosotros, por supuesto, solo queda la nada. Pero lo que se opone a ese tránsito a la nada -nuestra naturaleza- no es más que la voluntad de vivir (Wille zum Leben), de la que estamos constituidos nosotros al igual que nuestro mundo. Lo que tememos tanto de la nada, o lo que es lo mismo, nuestra voluntad de vivir, sólo significa que no somos nada más que esa voluntad de vivir y que no sabemos nada fuera de ella. Por eso, después de la aniquilación total de la voluntad, para nosotros, que todavía estamos llenos de voluntad,no quedará, por supuesto, otra cosa que la nada; pero, por el contrario, para aquellos en que la voluntad se ha transformado y negado a sí misma, para ellos nuestro universo, tan real con todos sus soles ysus vías lácteas, no es más que la nada".
"Vanidad de vanidades -dice Salomón-. Vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho obtiene el hombre de todo el trabajo con que se afana bajo el sol? Generación va y generación viene, pero la tierra siempre permanece. Lo que ya ha acontecido, volverá a acontecer,lo queya se ha hecho, se volverá a hacer; y no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Acaso hay algo de lo que pueda decirse:"He aquí esto, que es nuevo"? Ya aconteció en los siglos que nos han precedido. No queda memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que ha de suceder quedará memoria en los que vengan después. Yo, el Eclesiastés, reiné en Jerusalén sobre Israel. Me entregué de corazón a investigar ya buscar con sabiduría todo cuanto se hace bajo el cielo: este penos trabajo dio Dios a loshijos de loshombres para que se ocupen en él. Miré todas las obras que se hacen debajo del sol, y vi que todo ello es vanidad y aflicción de espíritu...Hablé yo en mi corazón, diciendo:"He aquí, yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría más que todos mis predecesores en Jerusalén, y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia". De corazón me dediqué a conocer la sabiduría y también a entender las locuras y los desvaríos. Y supe que aun esto era aflicción de espíritu,pues en la mucha sabiduría hay mucho sufrimiento; y quien añade ciencia, añade dolor. DIje yo en mi corazón:"Vamos, pues, te probaré con el placer: gozarás de lo bueno". Pero he aquí,esto también era vanidad. A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven? Decidí en mi corazón agasajar mi carne con vino y, sin renunciar mi corazón a la sabiduría,entregarme a la necedad, hasta ver cuál es el bien en el que los hijos de los hombres se ocupan debajo del cielo todos los días de su vida. Acometí grandes obras,me construí casas, me planté viñedos; cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. También construí aljibespara irrigar los muchos árboles que allí crecían. Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa. Tuve muchas más vacas y ovejas que todos los que me precedieron en Jerusalén. [...] Además conservé conmigo mi sabiduría. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan,ni privé a mi corazón de placer alguno...Miré luego todas las obras de mis manos y el trabajo que me tomé para hacerlas; y he aquí,todo es vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.[...]
No hay cosa mejor para el hombre que comer y beber, y gozar del fruto de su trabajo...
"Todo acontece de la misma manera a todos; lo mismo les ocurre al justo y al malvado, al bueno, al puro y al impuro, al que sacrifica y al que no sacrifica; lo mismo al bueno que al pecador, tanto al que jura como al que teme jurar. Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol: que un mismo suceso acontece a todos, y que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez durante toda su vida. Y que después de esto se van con los muertos. Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos, pues mejor es perro vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos nada saben,ni tienen más recompensa, porque su memoria cae en el olvido. También desaparecen su amor, su odio y su envidia; y ya nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol".
Así habla Salomón, o el que escribió esas palabras.[..]
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esta pequeña obra fue escrita por Tolstoi cuando tenía aproximadamente cincuenta años, en los años 1878-79,murió en 1910, y nació en 1828
tomado de Confesión -Lev TOLSTOI.traducc. Marta Rebón-edit.Acantilado

de Como en un espejo-1961-Ingmar Bergman-


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