* de Luis de Góngora
** de Niels Bohr
foto: Samuel Beckett contempla perro y gato, tomado de Entre Gulistán y Bostan

miércoles, 19 de octubre de 2011

Klaus KINSKI/fragm. de F.NIETZSCHE


Klaus KINSKI-(Oct. 18, 1926 - 1991)
fuente: ordinary finds/vía entregulistanybostan

[...] Hay épocas en las que están juntos el hombre racional y el hombre intuitivo, el uno angustiado ante la intuición, el otro mofándose de la abstracción; éste último es tan irracional, pues, como poco artístico el primero. Ambos desean dominar la vida: éste sabiendo afrontar las necesidades más esenciales mediante previsión, prudencia y regularidad, aquél sin ver, como un "héroe superalegre", esas necesidades y tomando como real solamente la vida fingida en apariencia y en belleza. Allí donde el hombre intuitivo, como, por ejemplo, en la Grecia más antigua, maneja sus armas de modo más potente y victorioso que su contrario, en circunstancias favorables puede formarse una cultura y fundarse el señorío del arte sobre la vida; esa ficción, esa negación de la indigencia, ese brillo de las intuiciones metafóricas y, en general, esa inmediatez del engaño acompañan a todas las manifestaciones de una vida así. Ni la casa, ni el paso, ni la indumentaria, ni el cántaro de barro revelan que la necesidad los inventó; parece como si en todos ellos debiera de expresarse una dicha sublime y una serenidad olímpica y, por así decirlo, un jugar con la seriedad. Mientras que el hombre guiado por conceptos y abstracciones únicamente con esta ayuda previene la desgracia, sin ni siquiera obtener felicidad de las abstracciones, aspirando a estar lo más libre posible de dolores, el hombre intuitivo, manteniéndose en medio de una cultura, cosecha a partir ya de sus intuiciones, además de la prevención contra el mal, una claridad, una jovialidad y una redención que afluyen constantemente. Es cierto que, cuando sufre, su sufrimiento es más intenso; y hasta sufre con mayor frecuencia porque no sabe aprender de la experiencia y una y otra vez tropieza en la misma piedra en la que ya tropezó. Además, en el sufrimiento es tan irracional como en la dicha, grita como un condenado y no encuentra ningún consuelo. ¡De qué forma tan diferente se mantiene el hombre estoico en idéntica adversidad, enseñado por la experiencia y dominándose a sí mismo mediante conceptos! Él, que de ordinario tan sólo busca sinceridad, verdad, librarse de engaños y protección ante sorpresas que cautivan, ahora, en la desgracia, lleva a cabo la obra maestra de la ficción, como aquél en la dicha; no presenta un rostro humano que se contrae y se altera sino, por así decirlo, una máscara con digna simetría en los rasgos, no grita, ni siquiera altera su voz. Cuando un genuino nubarrón de tormenta descarga sobre él, entonces se envuelve en su manto y se va bajo la tempestad a paso lento.

fragm. final de Sobre verdad y mentira en sentido extramoral-Friedrich NIETZSCHE
trad.Joan B.Llinares Chover-editorial Diálogo

No hay comentarios:

Publicar un comentario